El hombre ante todo es un proyecto y será el responsable final de lo que es. Es decir, el hombre se va formando a lo largo de toda su vida y en consecuencia es responsable de sus actos. Este proceso de aprendizaje y cambio es a lo largo de todo su vida y por lo tanto alcanza su máxima esencia cuando llega su muerte.
Donde nacemos, en qué ambiente vivimos, con quien nos relacionamos…son elementos que condicionan todas nuestras acciones posteriores. La normalidad con la que Argentina acoge noticias como la de violencia de género en la que año tras año bate records y en la que parece más una epidemia que no tiene freno sorprende enormemente. La gente parece no sorprenderse de esta acción machista, ven como las cosas pasan como si fuesen ajenas a él ya que viven inmersos en esa sociedad en la cual siempre conocen a alguien en el que se producen estos hechos violentos.
Viendo que esto se sucede en el tiempo y es imparable, a pesar de las pequeñas medidas de protección que se introducen, quizás se llegue a la conclusión de que el mejor remedio sería combatir este mal con otro mal. Hay que aceptar la realidad tal y como es para poder cambiarla ya que está visto que los fuertes, dominan a los débiles, el fuerte siempre gana y el débil siempre pierde.
Las medidas para disminuir los hechos deberían ser contundentes, no podemos dejar que los débiles, en este caso las mujeres, resuelvan su problema de manera individual ya que es un problema general y por tanto el Estado y todas sus Instituciones deberían ayudar ya sea a través de la instauración de leyes estrictas contra el maltratador o de ayudas de protección a las personas agredidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario